viernes, 30 de septiembre de 2016

Just do it.

El cerebro humano está programado para usar etiquetas. Para enfrentarse al entorno siempre han sido un instrumento útil. ¿Tiene plumas, alas, pico y vuela? Es un pájaro. ¿Tiene cuatro patas, pelo y ladra? Es un perro. ¿Tiene un tronco de madera y hojas? Es un árbol. No importa lo distintos que sean cada pájaro, cada perro y cada árbol, siempre sabremos distinguir uno. Pero cuando se trata de comportamientos sociales este instrumento empieza a fallar. Si un hombre mueve mucho las manos al hablar, hace muchos gestos corporales, no le gustan los deportes, habla con un tono muy suave, se acicala mucho y, en general, adopta comportamientos femeninos, ¿entonces es necesariamente gay? La experiencia nos demuestra todo lo contrario. Ahí tenemos hombres heterosexuales como Mario Vaquerizo. Que no es gay, por mucho que nuestro sistema de etiquetas se empeñe en lo contrario. O el cantante Raphael. O Secun de la Rosa. O Robbie Williams, que afirmó ser medio gay porque le gustaban los musicales. Pero que seguía siendo hetero. Ahí tenemos a todos los metrosexuales del mundo. Una cosa es el modo de comportarse, o de actuar, y otra muy distinta la atracción sexual que podamos sentir por uno u otro sexo. O por ambos.

La palabra clave es la pluma. Se entiende que un hombre gay debe tener pluma. Pero, ¿qué implica realmente la pluma? Es muy útil la definición de la RAE: “Afeminamiento en el habla o los gestos de un varón”. No pone nada de que le gusten los hombres o las mujeres. La pluma denota solo un modo de comportarse, un tic que ha quedado asociado a los hombres gays y que incluso dentro del ambiente tiene sus detractores. Un hombre tiene que ser masculino, un poco rudo, enérgico, seco, amante de los deportes, de la adrelina… y heterosexual. Otro error que queda desmentido día a día.

Dentro del mundo gay muchos buscan hombres sin pluma. En el mundo anglosajón la diferencia queda mucho más patente. ‘Straight acting’, que se comporta como un hetero. Una etiqueta que acompaña a muchos perfiles de hombres gays en sitios de citas y que ha abierto no pocos debates entre la comunidad gay. ¿No es contradictorio un hombre que actúa como un hetero y que prefiere, y le gusta, acostarse con hombres y no con mujeres? ¿Habrá algo más gay que sentir atracción sexual solamente por los hombres? Es la misma idea que asocia ser un macho con penetrar y ser femenino con ser penetrado y que todavía se da mucho. La palabra gay y la palabra hetero deberían quedar desligadas de los estereotipos. Al final tan hombre es el sarasa que gesticula y derrocha pluma como el machote deportista y enérgico. Solo son hombres distintos.


viernes, 23 de septiembre de 2016

Si y no.

Alma Gemela, dos pequeñas palabras, un gran concepto.

Si hay algo que puede hacer una ciudad medianamente grande como Madrid, es darte la posibilidad de encontrarla. Y no es más que la creencia de que alguien en algún lugar, sostiene la llave de tu corazón y la casa de tus sueños. Muchos hablan de ella, otros la conocen, y a otros les resbala la idea. "Solo tienes que encontrarlo". Qué fácil es decirlo. Si sólo tienes que encontrarlo, ¿dónde está esa persona? ¿Por dónde empezamos a buscarla? ¿Hay una persona allá afuera esperando para completarnos? Si es así, no termino yo de creer en esto. Quizás es que no me doy cuenta de lo que me dicen los ojos del de enfrente. No sé a vosotros, pero a mí estas cosas me las tienen que explicar con una diapositiva, con manzanas y aún así, no terminaría de creérmelo.

Muchos confirman haberla encontrado, y casualmente son éstas personas las que o más tarde, o más temprano, terminan la relación. Les comenté esta idea a mis amigas, y puede que el problema resida en anunciar la presencia de este algo en nuestras relaciones. Yo no paraba de preguntarme si era el miedo a decir en alto lo que creemos en realidad o si era valor de querer guardar para nosotros lo que, aparentemente deberíamos compartir. A pesar de todo, sigue habiendo un problema; y si amaste a alguien y no funcionó ¿significa eso que no era tu alma gemela? ¿O era sólo el subcampeón del gran programa de concursos llamado “Por siempre felices”? Y si no la encuentras, ¿quiere eso decir que eres una persona incompleta? Lo malo de la única alma gemela es que es tan inalcanzable que tiene que fallar y te sientes mal sobre ti mismo y eso hace que la brecha entre el Santo Grial y los idiotas sea aún más grande. Prefiero pensar que tenemos más de un alma gemela y que si pierdes uno, llegará otro... como los autobuses.

Sin embargo, es posible que la mala creencia de una única alma gemela se encuentre en unas preguntas mal formuladas. Ayer, paseando por los bares de las calles de Madrid, mis amigas y yo tuvimos cierto percance que hizo que me replanteara muchas cosas. ¿Y si mi alma gemela no es un hombre que pueda darme su felicidad y simplemente es la amiga que te apoya y llora contigo dentro del baño de su casa con el grifo abierto? ¿Es posible que todos estos años, que todas las anteriores mujeres y hombres de la historia hayan buscado su alma gemela en un lugar que no era el correcto? Si es así, entonces me tendré que plantear ésta idea furtiva de dos personas que encajan en colores y valores. Y que no existe una persona especial en el mundo, si no que todos somos totalmente diferente y lo que uno te da, te lo quita otro y así sucesivamente. 

Si que es verdad que ven antes los de fuera el humo, que los de dentro las llamas. Así que, si ya dejaba de creer en hombres capaces de formar parte de mi vida, me he dado cuenta de que soy más feliz así, soltero, con la resaca de ayer por la noche, sin dejar de pensar en mi alma gemela; de que todos somos quienes somos por lo que hacemos y decimos, y que una fiesta con amigas un poco pedo son las mejores fiestas que se pueden tener. 

viernes, 16 de septiembre de 2016

Presente perfecto.

Anoche me puse a pensar en las relaciones y el tiempo, es decir, en las relaciones y su conexión con el pasado, presente y futuro. Llegado cierto momento, todas y todos hemos acumulado cierto número de relaciones que están muy lejos de ser un Pretérito Perfecto pero, ¿cómo influyen esas relaciones en tu deseo de un Futuro Perfecto? ¿Se puede llegar a un FUTURO teniendo PRESENTE el PASADO? 

Cuando tienes una nueva relación pasas del coqueteo al sexo, y del sexo, al coqueteo. Se hablan millones de cosas a lo largo de una relación pero hay un tema algo escabroso difícil de tratar; los ex.¿Cuando es útil hablar de las relaciones pasadas? ¿Cuanto antes mejor ó cuanto después mejor… ó mejor aún, cuanto nunca mejor? Él tiene un pasado y tú también pero, ¿el pasado tiene que estar en el presente? Algunas personas creen que si sabes por lo que ha pasado, sabrás lo que te llevas. Dicho de otro modo, te aseguras y reafirmas que te ha tocado el gordo de la lotería o el "sigue buscando" de los Rasca y gana. Sin embargo, ¿no es en la confianza donde reside el primer pilar de una relación? Si ya contamos con ventaja, no tiene sentido seguir jugando. Es como si supiéramos quién es el asesino antes de terminar "Asesinato en el Orient Express". Es por eso que me pregunto si averiguar por qué no funcionó en su última relación ayudará al futuro de la tuya ó simplemente, es mejor pasar de eso y empezar de cero. Muchas de mis amigas dicen que te toma la mitad del tiempo que estuviste con alguien el superarlo, y a mí, personalmente me encanta una buena solución matemática a los problemas amorosos. Aunque es irónico darle una solución semejante a algo que es tan discreto como la magia y tan oculto como la otra cara de la Luna.

No obstante, reuniéndome con mis amigas en el bar de siempre, innovando en sabores nuevos de té y música del top 50, había algo de lo que aún no habíamos hablado. Ellas han tenido relaciones, y tanto como han dejado, han sido dejadas pero en todo momento siempre resurgía la misma pregunta. ¿Debemos superar a un ex en una forma lenta y dolorosa, sentirnos mal, llorar con las amigas y luego repetir lo que odiábamos de esa persona una y otra vez en la cabeza todo el día hasta superar la ruptura? ¿Ó debemos simplemente olvidar las perdidas e ignorar todos los malos sentimientos y volver al juego? Puede que un nuevo corte de pelo sea una de las posibles soluciones, aunque dudo que las tijeras de mi peluquero Jorge sepan cortar de raíz mis problemas sentimentales. Y además, en un mundo donde dejarnos el uno al otro parece volverse más y más frecuente, ¿cuáles son las reglas de la ruptura? Es por eso que inventé mis propias reglas.

1) Rompe todas las fotos en donde él o ella se vea extremadamente sexy y tu te veas feliz.

2) Luce siempre tu mejor vestimenta en caso de que te lo encuentres por ahí.

3) Nunca dejes de pensar en él o ella, porque en ese momento aparecerá.

4) Hasta estabilizarte emocionalmente, no entres en tiendas como ZARA.

5) Y, por último, la más importante regla de la ruptura, no importa quién te haya roto el corazón, ni cuánto tarde en sanar, nunca lo superarás sin tus amigas.

viernes, 9 de septiembre de 2016

El arte de la desesperación.

Mientras termino de ver, desde mi nueva habitación, cómo el vecino de enfrente cuelga la ropa en el tendedero, no paro de pensar en lo curiosa que fue la noche del jueves de ayer. Después de llevar ya por Madrid unos cuantos días, las ganas de salir por mi barrio favorito subían como la espuma. Estaba preparado para todo, o eso pensaba yo. Zapatilla cómoda en mano, y con las ganas de encontrar a un chico lo bastante decente como para liarme con él metidas en el bolsillo, salía dispuesto a matar. A la vigésima trigésima segunda vez, digo yo, que encontraré al chico de armadura plateada y ojos de verdad. 

Acompañado de mi buena amiga de farra, la noche empezó calentita con un par de chupitos con nombres de personajes de Juego de Tronos, y palomitas en un bol. La noche preparaba para mí algo digno de ser observado... todo muy irónico. Así pues como alma que lleva el diablo nos plantamos en nuestro bar favorito como si el ayuntamiento nos hubiera puesto allí y lo vi. Era EL chico. Muy parecido a cierto "amigo" que me hizo pupita en el corazón pero que no tenía nada que envidiarle. Ojos de un marrón dispuesto a sonreír y una nariz que bueno, no soy el más indicado para decirlo pero, de grandes dimensiones. Para mi era ideal. ¿No os ha pasado alguna vez de tener claro que esa noche ibais a acabar con él? Yo también lo pensaba hasta que, cuando decidí tirarme a la piscina me di cuenta que ésta, estaba vacía. Un tío de dos metros diez y pelirrojo se le acercó, se puso a hablar con él y le dio un beso (un primer beso nada agradable, fue como a medias, he de añadir). Pero aún así, un beso. Yo ya no sabía si era la mala suerte, la flor negra en mi culo o qué pero me preguntaba... ¿acaso no era su nariz lo suficientemente grande como para avisarme de que de mentiras vive el hombre? Respiro. Me agobio. Respiro y un "vámonos de aquí ya" a mi amiga más tarde, empecé a pensar que el arte de la desesperación por encontrar el amor me estaba jugando una mala pasada. Y es que es así.

Dos días antes de que esto me pasará una compañera y yo tuvimos una conversación a cerca de encontrar a nuestro amor verdadero. Difícil, pero no imposible. Éramos soldados de una sociedad que nos había catalogado con el himno "no desesperes, ya llegará". Cansado me hallo de escuchar semejante gilipollez. Veinte años, nada menos. Y es que al parecer, lo de estar soltero ya no está de moda. Ahora todo el mundo que me rodea me vomita arco iris para que me entere, si es que no lo he hecho ya, de que tienen pareja. Es como si el mundo me estuviera mandando una señal y aun así, no la estuviera pillando. "Te vas a quedar solito" dice Dios mientras me maneja como un SIM sin sentimientos. ¿Lo peor? Que de tres que somos viviendo en mi casa nueva de Goya, ambas están emparejadas. ¿Soy ese 33% que representa a la minoría de los solteros o simplemente me obsesiono con algo que está fuera de mi alcance y ya esta? Parece que solo puedo aspirar a que un latino me toca el paquete con deseos de verme fuera de la discoteca a cambio de una copa mal pagada. 

Pero bueno, mi vecino ya ha terminado de tender y ahora su mujer le obsequia con un beso y unas caricias mientras yo, despatarrado en mi habitación, sudando y con el ventilador a máxima potencia solo trato de evitar decirme a mi mismo que necesita conocer ese cariño que aún no ha tenido la satisfacción de tener y de que no estaría mal tender la ropa que está dentro de la lavadora, que no para de sonar. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

Y comieron perdices.

¿Que ocurre cuando se termina una relación? Muchos no tenemos ni idea de qué sera lo siguiente que pueda pasar. Somos pesimistas, nos deprimimos, lloramos, sobre todo lloramos y apenas podemos distinguir lo bueno de lo malo. Pero... ¿acaso no es eso un estado de proceso hacia la curación? 

Si algo tiene Madrid es que cuando llevas más de tres meses lejos de ella, te sorprende como la primera vez. Como si nunca hubiese cambiado. Sin embargo, los hombres siguen siendo los mismos y puede que incluso hayan empeorado. Nunca se sabe. Por ejemplo, hoy he estado viviendo totalmente un Sexo en Nueva York en toda regla. Amigas, cotilleos y una buena cena del chino. Comentando los amores y desamores de algunas de ellas, me he dado cuenta de que el amor no es algo que pueda quedarse estanco, si no que, al igual que el mar, está lleno de olas y ondas que se crean con el mínimo movimiento. Puede que cuando estemos en una relación seria, un paso en falso nos derribe todo el castillo de naipes que hemos construido, o puede que no. Pero ese no es el tema. El tema es, que una vez la ruptura está hecha no hay vuelta atrás. Los pensamientos se escapan de entre las puntas poco arregladas de nuestro pelo y pensamos, ¿acaso solo podemos ser unas arpías o unas gatitas sexis? ¿No hay más donde elegir? Somos sufridores y ya esta. Las relaciones son como los post-its, apuntas cosas buenas, cosas malas... pero algún día el pegamento dejará de hacer efecto y se caerá. Lo tiraremos a la basura y buscaremos otro que nos sirva mejor. 

Ninguno de nosotros podemos escoger dónde empieza y dónde acaba una relación lo que sí que podemos hacer es asumir, y cuanto antes, que lo que tiene que ser, será. Y no es nada malo, todo lo contrario. Si una relación tiene altibajos se debe a que las personas somos como una especie de globo. Un globo que no tiene esquinas, que al igual que tiene cosas buenas, tienes cosas malas. No obstante, entre bocado y bocado de pollo al limón, mis amigas y yo discutíamos a cerca de cómo reaccionaríamos si alguna de sus parejas decidiera salir por la puerta. Algunas les darían una segunda oportunidad (que no quince oportunidades, ojo) y otras, que si se dice fin, es fin. Es algo que no te enseñan los cuentos de hadas. Estos terminan, sí, pero nunca con un final cerrado. La cenicienta se casa con el príncipe azul pero no nos cuentan si seguirá limpiando las escaleras del castillo o si ni siquiera se adapta a la vida de sangre azul. Yo soy un fiel seguidor de esta guía creada para el buen camino hacia el amor, y muchas de mis amigas también sin embargo yo solo me decía "otra que la va a palmar también." Y es que, ¿puede un príncipe desteñir cuando una mujer o un hombre entra en su vida para darle un giro de 180º o sencillamente los primeros amores son pruebas de Cupido para encontrar al verdadero Mr. Charming?

Los finales son finales porque se pone un punto y final, pero yo soy más de pensar que lo que en un primer momento es un borrón negro, puede que con un poco de tipex consigamos que se convierta en una segunda y bonita oportunidad.