sábado, 4 de junio de 2016

Charla un poco, machaca menos.

Todos los chicos, o al menos casi todos, vemos porno y nos masturbamos. Bueno, que hostias, nos pajeamos viendo porno. Sin embargo, ¿dónde está el límite? ¿Se puede llegar a un punto en que sólo nos pongamos cachondos viendo porno o es simplemente un estimulante más para poder ser una total bestia animal en la cama? Pues la cuestión es que la adicción al porno existe... Ahora, para ti, ¿es una simple fantasía o se ha convertido en adicción?

El caso es que no hablo de esto por propia experiencia.... Ayer cuando fui a la playa, entre cuerpos esculturales y señoras en topless nos preguntábamos, mis amigas y yo, si esto era cierto. En uno de los casos me comentaban que un chico veía tanto porno que luego le costaba ponerse a tono con su novio. Se había acostumbrado a ver cuerpos de gladiadores espartanos y luego la realidad dejaba de motivarle, se venía abajo. Otro directamente me decía que a veces le costaba acabar con su chica si no se imaginaba porno cuando estaba con ella. Algo que aún desconozco si catalogarlo como negativo o no. Luego está el mítico hombre que dice no ser adicto al porno, o niega indudablemente que lo ve, pero en la cama no para de ordenarte que le digas guarradas, gimas o incluso llegues a repetir en varias ocasiones Oh fuck me, yes, yes. Viceversa también pasa, pero este es un tema algo más escabroso ya que, ¿por qué nos avergonzamos en persona a decir cosas que no lo hacen por whatsapp o mensajes de texto? 

A mí en concreto es algo que nunca me ha afectado. Sí que es cierto que me masturbo bastante a menudo (viendo porno, claro), pero diferencio mucho entre estar a solas y estar con alguien más. Cuando estoy yo solo es más por relajación, aburrimiento, rutina... y es algo bastante cotidiano, tanto o más que limpiarse los dientes. Cuando estoy con alguien lo veo como un momento bastante especial e íntimo y me centro más en las sensaciones: tactos, olores, acercamientos, caras, actitudes... Es que incluso cuando he quedado con el típico que para entrar en calor te pone una porno, me ha dado incluso un poco de rabia; ¡qué estoy aquí y no en la tele! Son dos experiencias completamente diferentes. Es como eso que dicen que el chocolate es un sustituto perfecto del sexo, pues igual con el porno. No obstante, ¿cuando suficiente se convierte en demasiado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario