viernes, 22 de julio de 2016

Ven a jugar conmigo.

Con la gran afluencia de redes sociales mariconiles a nivel mundial (grindr, bendr, growlr, twitter...) ahora es posible conocer a cualquier chico de cualquier parte del mundo. Y lo que es más, algunos se atreven hasta a llevar una "relación": quedan todos los días para hablar por Skype, se envían constantemente mensajes por Whatsapp... ¡¡Internet acorta distancias!!

Yo siempre he pensado que este tipo de relaciones están condenadas al fracaso. Tú, viviendo en Madrid, conoces a un chulazo de Nueva Zelanda, os queréis, os amáis, tenéis conversaciones super profundas. Quedáis cada dos días por el Skype, hacéis vuestro sexo cibernético... ¿y luego? ¿¿Contacto físico?? Por mucho que te puedas aliviar en tu soledad, siempre hace falta no solo un meneo si no también un abrazo de vez en cuando. Para solventar este tema ha surgido otro invento: las aerolineas low cost: Ryanair, Vueling, Easyjet... van llenas de muchachos que esperan conocer al hombre de sus sueños o ya lo están viendo con regularidad.

Una muy buena amiga, algo reacia a los tíos románticos, tuvo una primera relación a distancia,  pero fue... cómo decirlo... poco constructiva. Y lo que comenzó siendo amor pasional se convirtió en agobio marital. Él se obsesionaba constantemente con las preguntas classic: ¿dónde estás? ¿con quién? ¿qué haces? ...  y un largo etcétera que todos conocemos. Terminaron por dejarlo claro está. Sin embargo, y después de que un servidor haya dado su opinión de que las relaciones a distancia son para gente más valiente; debo de decir que ahora mismo tiene otra relación ¿a media distancia? Él es isleño, ella pura vasca, pero se ven durante el curso escolar, luego como pajarillos vuelan a sus respectivos nidos. Como buen amigo que soy, no podía evitar preguntarme ¿debería decirle que su relación no durará más que eso, un año escolar, o hacerle ilusiones y convertir su relación en un cuento de hadas? Sea como fuere, el tiempo me dio un canto en los dientes. Y ahora ellos dos siguen manteniendo una relación feliz y sexualmente muy activa desde hace casi ya dos años. Sí, todo es súper bonito, súper de color rosa, amor, flores y acoiris... pero seamos realistas. Saludemos a lo que se acaban convirtiendo en polvos caros. "Ven tú aquí una mes y luego voy yo", "da igual, me pillo una habitación de hotel", "te he traído esto de regalo porque nos vemos poco..." Y así hasta el final de los tiempos, ahorrando día sí y día también para poder ser felices y comer perdices. ¿Compensa? Según mi amiga, por supuesto. "El amor verdadero no se expresa, se siente." Eso es lo que dicen ellos. Por esa misma razón, en éste páramo tan grande y desolado de comedias románticas, no podía no preguntarme si habrá un amor perdido por ahí como el de ellos para un hombre que tiene un mejor control sobre sus habilidades motoras que Katherine Heigl.

De todos modos amigos, a día de hoy solo me puedo imaginar viajando de un lugar a otro no para buscar al amor de mi vida, si no para ver con mi Pokemon GO qué animalejos me esperan por otros lares que no sean madrileños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario