domingo, 4 de junio de 2017

Amarillo.

¿Cómo sería la vida al otro lado del espejo? ¿Los diestros serían zurdos y los zurdos diestros? Lo que está a la derecha, estaría a la izquierda y viceversa? ¿Los gays se volverían heteros? Eso no, seguro. Quien fuera Alicia para pasar a través de uno y llegar a un mundo de fantasía donde nada es real y lo que es real se vuelve completamente falso. Un lugar donde poder escapar de la realidad, donde…cualquiera pudiera ser feliz. Y ahí vuelve a estar el problema. La realidad no desaparece nunca, es más, te golpea en la cara con zapato de tacón en mano. 

Ayer estaba yo de fiesta, después de mucho tiempo encerrado en mi cueva cuando un tío de metro ochenta, alto y con brazo del tamaño de un melón se sitúa detrás de mí bailando y moviendo las caderas al ritmo de Swalla de Nicki Minaj.  No hace falta decir lo contentos que estábamos los dos, el ritmo que llevábamos, lo cerca que estábamos... Y es que me pongo malo de solo pensarlo. Pero como en el taoismo, no hay nada bueno o malo por sí mismo, y ahora llegaba la tormenta. Si ya me resulta difícil competir, y digo competir porque es lo que nos han enseñado a hacer, con tíos gays, guapos y más atléticos que yo, qué decir de un hetero que rebosa testosterona y que transformaría hasta al gay más activo en pasivo. Sí, y me tiene que tocar a mí. EL EX NOVIO DE MI AMIGA. Imaginaos la situación. Sandwich. ¿Yo? Cachondo. ¿Él? Cachondo. El ex... descojonandose de la situación. Ahora, la risa me entró a mi cuando el tío con el que estaba bailando dejó de prestarme atención a los dos segundos de tener su culo a escasos centímetro del miembro del ex y tratara de llevárselo a la cama. Ahora ya no hace tanta gracia, ¿verdad? Así que allí estaba yo, frente a la barra, comiendo gominolas, observando la situación y viéndolas venir, Delirio nos esperaba. 

Mirad, yo nunca he sido una persona que se cabrea con facilidad. Es más podría decir que nunca me he enfadado con nadie. Sin embargo, cuando me usan como señuelo y diana de burlas para que OTROS consigan algo... amigo, por ahí no pases. Y es que es lo que os decía de competir. Os pongo el ejemplo que me pasó para que vosotros juzguéis. Mario* es el chico que se empeño en salir conmigo y con Sara a Delirio. El momento fue mas o menos así. 

M .- Bueno Unai, ¿has encontrado ya a alguien que te guste?
U .- Ehmmm... no. He venido a bailar y ya.
M .- Pero, ¿no te has fijado en nadie? (Pasa un muchacho aleatorio muy guapo, le miro.) Así que te ha gustado ese eh...
U .- Mario, no. Ese tío ha estado liándose con ese otro durante toda la noche, y sabes que a mi eso no me va. 
M .- Que sí, no seas bobo. (Se va hacia él.) 

A ver, no nos engañemos. Claro me gustaba el chico y claro que me hubiera alegrado si me hubiera liado con él, pero si me hubiera gustado más habría hecho algo. Si no lo hice fue por alguna razón. Sin embargo, no me gusta que nadie haga de Celestina. Yo viendo que él chico me sonreía, que a Mario le estaba dando largas, creí que ganaría algo esa noche, pero lo irónico fue como Mario le acabó dando su número de teléfono para que le hablara más tarde, sin darle antes el mío, que es a lo que iba. 

Así que amigos, sólo os digo una cosa. Nunca os fiéis de un amigo que te lleva a una discoteca gay sin decirte ninguna razón y preguntaos una cosa, ¿existirá alguien que me llegará a conocer tan bien como "tendencias para ti" de Netflix? No lo creo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario